Una vía ferrata es un itinerario tanto vertical como horizontal (franqueo) equipado con diverso material: Clavos, grapas, presas, pasamanos, cadenas, puentes colgantes y tirolinas, que permiten el llegar con seguridad a zonas de difícil acceso para senderistas o no habituados a la escalada. La seguridad corre a cargo de un cable de acero instalado en toda la vía y el arnés provisto de un disipador de energía y mosquetones especiales de vía ferrata (marcados con una k) que aseguran en caso de caída.

Como en toda actividad de montaña existe una evidente exposición a sufrir caídas con consecuencias muy graves. El participante de una actividad de ferrata debe estar capacitado para realizar las actividades en función de las graduaciones establecidas.

Clasificación de las ferratas.

Existe un sistema de clasificación de ferratas, que se rige por la nueva escala Hüsler:

  • K1, fácil: Subidas generalmente bien trazadas, asegurando en relación al terreno cómodo.
  • K2, medio: Secciones ya en terreno rocoso empinado, pero cuidadosamente aseguradas.
  • K3, algo difícil: tramos más largos en terrenos empinados, también rocosos expuestos. Aún cuidadosamente asegurado.
  • K4, difícil: terreno rocoso empinado con manchas verticales. A menudo considerablemente expuesto. Los tiradores y los escalones suelen ser pequeños.
  • K5, muy difícil: terreno rocoso más difícil.
  • K6, extremadamente difícil: solo para profesionales. Muy agotador y expuesto. Se requieren nervios sólidos y una excelente condición física.